TRATAMIENTOS
Psicoterapia Individual
A lo largo de nuestra vida, nos vemos expuestos a situaciones que no siempre podemos o sabemos afrontar de un modo efectivo. Los duelos por pérdidas, el estrés, las dificultades a la hora de relacionarnos con otras personas, etc., pueden suponer pruebas para nuestra estabilidad emocional y quizá necesitemos ayuda para hallar una manera satisfactoria de continuar.
Arrastrar vivencias dolorosas o traumáticas que pueden estar interfiriendo en la manera de relacionarse o son fuente de infelicidad interior. Para todos ellos, la psicoterapia puede ser una ayuda a la hora de buscar una solución y lograr ese equilibrio deseado.
El tratamiento psicológico va orientado a determinar y concretar el problema y los posibles factores individuales o ambientales que pueden estar interviniendo en su origen y mantenimiento. La redefinición del problema y, si procede, la elaboración de un diagnóstico, permiten la elaboración de un plan de intervención que amplíe el conocimiento de lo que sucede y aporte nuevas estrategias para la adaptación, reducción o eliminación del problema.
Los terapeutas de Mapa Sistémico tenemos una amplia experiencia en el tratamiento de
Terapia de Pareja
La terapia es un método eficaz de búsqueda de soluciones cuando se observa malestar e insatisfacción en la relación de pareja. La rutina, el cansancio, la falta de tiempo para la relación, los problemas extraconyugales, pueden provocar desencuentros que antes no existían, una erosión constante que primero se convierte en frialdad y que puede llegar hasta el punto de cuestionarse la continuidad de la relación.
Elementos que suelen provocar el desencuentro:
También es posible encontrar parejas donde se han dado crecimientos distintos, y uno de ellos puede sentir que su pareja se ha quedado estancada, que no progresa, que le resulta difícil compartir proyectos de futuro.
El proceso terapéutico permite el encuentro con un profesional que guía y facilita el diálogo entre los miembros de la pareja a fin de mejorar las dificultades comunicacionales, brinda un espacio de encuentro y un contexto neutral para encontrar nuevas vías de solución y diálogo.
Las sesiones permiten también la escucha y la expresión de emociones que no son capaces de exponer en su ambiente cotidiano.
La presencia y las intervenciones profesionales del terapeuta atenúan el tono de la discusión y facilitan el diálogo.
El terapeuta acompaña, facilita la visualización, señala o aconseja en ese espacio de interacción creado en la sesión.
Terapia Familiar
Actualmente nos encontramos con muchos tipos de familias, no solamente la tradicional familia nuclear. Todas ellas tienen en común la función de cuidado y de apoyo emocional como base del desarrollo de sus miembros.
La Terapia de Familia cuenta con una dilatada práctica clínica y está especialmente indicada para salir de ciertos estancamientos en momentos donde se requiere un cambio o una adaptación.
La Terapia Familiar permite una mirada más amplia del origen de los problemas y facilita que la persona que es identificada como problemática o enferma aparezca dentro de un contexto que evite los juicios y facilite la resolución de los conflictos. La Terapia de Familia atiende a las situaciones personales que cada individuo presenta y que están influyendo o interfiriendo en la armonía familiar. De este modo, podemos trabajar tanto con la familia como unidad como con el individuo concreto y ayudar a que consigan una mejor relación entre todos.
Terapia en adicciones
La adicción a diferentes sustancias (alcohol, cannabis, cocaína…) y las llamadas “adicciones no químicas” (internet, trabajo, juego…) son un problema que afecta profundamente al desarrollo y funcionamiento tanto de la persona que lo padece como de la familia a la que pertenece. Los cambios de ánimo, la irritabilidad, los gastos económicos, la alteración en el desempeño personal, familiar, social y laboral, etc. generan un sinfín de malestares que pueden llegar incluso a destruir a la persona y su entorno.
Adicción a sustancias
La adicción a sustancias es una enfermedad progresiva y crónica en la que pueden intervenir factores genéticos, psicosociales y ambientales que influyen en su desarrollo y manifestaciones.
Drogas como el alcohol, el cannabis o la cocaína, ya instaladas en nuestra sociedad, se van uniendo otras sustancias, “de síntesis” (speed, ketamina, MDMA, krokodile, popper, GHB…). La edad, el género o la pertenencia sociocultural son factores que hay que tener en cuenta a la hora de elaborar unos objetivos personalizados de tratamiento.
El trabajo con el individuo, su familia y las personas de su entorno es fundamental para superar dicha adicción. Al incluir a la familia en la terapia contamos con una inestimable ayuda que nos permite abordar los problemas tanto individuales como familiares desde una perspectiva más completa, lo que facilita la solución de esta situación. Las sesiones de terapia se convierten también en un espacio donde abordar los diferentes conflictos que aquejan a la familia y que, directa o indirectamente, tienen influencia sobre el motivo original de consulta que es la adicción.
Nuestro modo de trabajo incluye una primera fase de desintoxicación, seguida de la fase de deshabituación en la cual trabajamos tanto de manera individual y familiar como grupal. Así, todos los miembros de la familia implicados en la terapia conocerán mejor esta enfermedad, lo que les permitirá afrontar las diferentes etapas y factores de riesgo por los que atravesarán en el proceso terapéutico para una completa recuperación. Asimismo, tratamos los posibles trastornos de salud mental que puedan estar influyendo en la aparición y/o mantenimiento de la adicción.
La recogida de muestras de orina semanales, una o dos según la sustancia, es otra herramienta de gran valor a la hora de evaluar la abstinencia del paciente.
Este proceso terapéutico incluye también, en caso necesario, la prescripción de fármacos, tanto en la fase de desintoxicación como en la posterior deshabituación. Dada nuestra experiencia en el campo de las adicciones, conocemos la importancia de atender también esta faceta del tratamiento y cómo facilita y acorta la recuperación.
Adicciones no químicas
Cada vez hay más personas que son conscientes del uso abusivo que hacen del móvil, internet, compras, relación con el trabajo o el juego, el trabajo,… Estas adicciones también producen un profundo sufrimiento en la persona que las padece y en su entorno.
Estas dependencias suponen un abuso del uso cotidiano de las nuevas tecnologías o de algo tan habitual como hacer unas compras, tan rutinario como lo laboral y tan corriente como usar el móvil.
La diferencia de estas dependencias con respecto a las químicas radica en el abuso de una conducta corriente, usual y no tóxica. Por tanto, el tratamiento cambia en el mismo momento en que es imposible suprimirlas para siempre, como en el caso de las sustancias adictivas, sino que la persona tiene que realizar un verdadero esfuerzo para aprender a controlar algo que es inevitable realizar en su justa medida.
El llamado Sindrome FoMo (Fear of Missing Out, o miedo a perderse algo – exclusión en la red), el Sindrome de la vibración fantasma (chequeo constante del WhatsApp) o la proliferación de las páginas de apuestas que invisibilizan la ludopatía, son alguno de los ejemplos.
En ocasiones, al no provocar unas consecuencias tan evidentes sobre la salud física como ocurre con las adicciones químicas, se les resta importancia por parte de la persona que las padece o su entorno. Sin embargo, estas conductas abusivas resultan más alarmantes cada día porque comienzan a darse en edades muy tempranas y porque afectan a un número cada vez mayor de personas.
Estas dependencias no están estigmatizadas hacia un solo colectivo, pero sí llegan a suponer una marginación del entorno social y cierta invalidez a la hora de enfrentarse a desafíos cotidianos: buscar pareja, amistades, sexo…